Creadoras - Poemas y canciones

Nosotras las amantes no conocemos la aurora
solo en la noche silente somos luz de unas horas,
a veces las confidentes del desencanto y las sombras
nosotras las amantes amamos pero vivimos solas.

Amo el amor profano por sencillo y sincero
aquel que da compañía sin servilismo siniestro
amo el hombro desnudo donde puedo conciliar el sueño
amo ese amor que por dulce parece ser insurrecto...

En cada  despertar contemplo la almohada vacía,
aun recuerdo el adiós pero disfruto la partida,
¿Porque si se ama debe perderse la libertad compartida?
no concibo esa larva inútil llamada monotonía...

Nosotras las amantes conocemos la frontera entre amor y desastre
por lo regular hemos aprendido a huir de siempre lavar trastes,
abdicamos de usar el tiempo y ser la sirvienta del otro,
quienes amamos amar solo conocemos el deleite y el retorno.

 

Fui esposa y he quedado agotada,
nunca tuve tiempo de amarte pues te urgía tener ropa doblada
al final de las horas siempre estaba cansada,
hice el amor por inercia nunca de forma lozana.

Prefiero ser amante porque implica menos trabajo constante
si eliges ser esposa considera serlo sin injusticia implacable,
¿porque debo estar escindida desde la entraña que llora?
ser amante y esposa son categorías nada antagónicas.

¿Porque si soy esposa debo olvidarme de mí y de mis anhelos?
¿porque si soy amante mi valor cambia y soy un ser deshonesto?
no estamos partidas solamente de afuera hacia adentro,
aun perdidas en nuestras hendiduras solo hay desasosiego...

Amo eso que llaman amor emergente de la risa y el encanto,
aquella raíz que solo brota y espera la lluvia sin recato,
el matrimonio institucional  aboga por la esclavitud decadente
cree enseñar moral  pero no genera gente consiente.

El lastre matrimonial que las religiones profesan
son solo eso meras cadenas de conveniencia
donde aun se explota a la esclava primera
la mujer servil olvidada de su derecho a ser luz y guerrera.

Nosotras las amantes amamos la libertad desmedida,
esa que ofende a quien vive en la cárcel de sus propias mentiras,
Nosotras amamos la verdad completa, no absoluta ni escindida,
Dios también es mujer y aborrece no solo a los feminicidas.

Amo la comodidad de embriagarme con un té caliente y un libro
sin el escandaloso y feroz ojo del marido y su escrutinio,
amo no ser evaluada por asumir o renunciar a ser madre o esposa perfecta,
amo no ser un objeto sexual sino una mujer por mí misma completa.