Cuaderno de ideas - Conversaciones galácticas

Conversación real. Un sábado cualquiera, en mi pueblo. 

Una conocida dirigiéndose a su marido: Ésa [yo] tiene una perra que es de raza y es de caza, ¿cómo era la raza?

Yo: Braco [suspiro pensando en lo que se me viene encima… 3, 2, 1].

Marido: ¿Pero de raza, raza?

Yo: Sí. Fue maltratada.

Marido: Pero, ¿cómo puede ser? Si esa raza la quieren los cazadores.

Yo: Ya. Pero es que los cazadores abandonan perros (porque han parido muchas hembras, porque ya no les sirven, porque no pueden fardar lo suficiente, etc.). No se puede entender el drama del abandono sin el factor de la caza [vale, aquí me pasé… demasiado intelectual].

Marido, que ha captado lo que le he dicho alaperfecsssión: Pues la podíamos cruzar y vendemos las crías.

Yo, desistiendo: Está esterilizada.

Marido, incrédulo: Sí, hombre. Eso me lo dices porque soy yo [es cazador, obviamente].

Yo, insistiendo: No, está esterilizada. En un mundo como éste es la opción más ética, por ella y para evitar que sigan naciendo y muriendo en un contenedor de basura [lo sé, lo sé. Intelectual]. Y, además, yo no les daría a nadie a los cazadores.

Interviene la vecina del principio: Ella es vegetariana [aclara].

Vecino-marido: ¿Mande?

Vecina: Que no come carne.

Vecino-marido: ¿Entonces qué come? [se dirige a su mujer. Mi vegetarianismo me ha vuelto invisible. Me pregunto qué propiedad adicional tendré cuando el tipo se entere de que es peor: soy vegana].

Opto por no hacer uso de mi nuevo súper-poder y sigo: de todo (todo tipo de verdura, hortalizas, cereales, legumbres, frutas, frutos secos… menos animales). No necesitamos animales para vivir, es una cuestión política, de solidari... 

Vecino interruptus, mirando al infinito: ¿Tordos con ajitos, tampoco?

Tampoco. Pero estoy valorando llamar a una amiga y comer otro tipo de carne (ver foto).