Naturaleza - SúperVivencias
Madalenas y leches viajeras
Marisa García Horcajada
Entro en un supermercado de Lleida y compro unas galletas. El paquete indica que han sido fabricadas en la UE (quizás en algún país del Este donde los sueldos son muy bajos y las leyes no obligan a gastar en medios para que las fábricas minimicen la contaminación), que han pasado antes por un almacén central del supermercado en Barcelona (por esquemas de compras a gran escala); que contienen harina de trigo argentina, grasas vegetales centroamericanas, cacao africano y "azúcares" (¿qué son "azúcares"?) de no sé dónde; que tienen huevo líquido pasteurizado, levaduras, jarabes de glucosa, emulgentes, estabilizadores, aromas, sal y conservadores (todo esto no sé qué es ni de dónde viene, son nombres y números muy raros, "E-no sé cuantos"). El petróleo que fabrica los envases (cada 4 galletas, uno, y luego uno más para el paquete de 24) quizá sea iraquí. También el que mueve los camiones. El paquete vale 2 euros (y es grande). ¿Cómo todo ese trabajo en producir, transportar, elaborar, envasar y comercializar cosas puede valer 2 euros? Es increíble.
Un litro de leche producido en el Valle de Cabuérniga, en Cantabria, debe viajar hasta Aranda de Duero para ser procesado y envasado. De allí es transportado a un Cash & Carry de Santander. A este último acude con su camión el dueño de la tienda del citado Valle en Cabuérniga, para adquirir sus mercancías y poder vender ese litro de leche proveniente, tal vez, de una vaca que pasta a escasos 20 metros de la tienda.
Hay alternativas sencillas, dulces caseros o artesanos, con productos locales de calidad, leche cercana y ecológica; hay varios productores que la venden envasada en botellas de vidrio que devolvemos para reusar...
Según datos de la Unión Europea, el volumen del transporte de mercancías aumentó, en el periodo 1986-91, en un 8%; sin embargo, las distancias recorridas por esas mercancías lo hizo en un 19%. Esa disparidad sólo puede ser explicada por una concentración de la distribución. La necesidad de un mayor transporte, normalmente por los sistemas más despilfarradores: carretera y, cada vez más, aéreo (que ha crecido en un 200% en los últimos 10 años), provoca el aumento de los fitosanitarios para su conservación y de los envases necesarios para su transporte.
Vale la pena tal vez reflexionar: ¿nos hacemos unos dulces caseros, locales? ¿Quizá con productos ecológicos? ¿Con una visión de autosuficiencia y quizá decrecentista?
Receta de madalenas de chocolate
Personalmente, utilizo ingredientes ecológicos, pero en realidad, lo más importarte es hacerlo una misma y si es necesario, equivocarse, para volver a intentarlo y aprender, disfrutar y hasta ensuciarse de harina.
4 huevos
200 gr. de harina
3 cucharadas soperas de cacao en polvo
100 gr. de azúcar
medio vaso de aceite de girasol (vaso tipo de agua)
raspadura de limón (al gusto)
1 sobre de levadura
En un bol batir los huevos junto con el azúcar hasta que quede la mezcla esponjosa. Después añadir el aceite poco a poco y seguir batiendo hasta mezclar bien. Tamizar la harina y añadirla al bol, así como el cacao en polvo y la levadura. Añadir también la raspadura de limón. Continuar batiendo hasta que todos los ingredientes queden bien mezclados.
En una bandeja de horno distribuir envoltorios de papel para las madalenas y llenar con la masa sólo una cuarta parte de su capacidad. Cuando todos los envoltorios están rellenos con la masa espolvorear con azúcar al gusto, y colocar la bandeja en el horno que debe estar a 180 grados, habiendo pre-calentado durante unos 15 minutos a 200 grados. Han de estar entre 12 y 15 minutos pero antes de sacarlas, comprobar si están listas clavando un cuchillo en una madalena, si el cuchillo sale limpio, significa que ya están listas.
A todo esto, vuestra casa se inundará de un aroma que ni el mejor ambientador tipo "Fussshhhhh, Fussshhhh"...
¡¡Buen Provecho!!
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Publicado en mujerpalabra.net en noviembre 2012