Pensamiento - Introducción al análisis feminista
Por qué el aborto es un derecho humano
Kala
Hemos actualizado vínculos en 2010
El derecho al aborto es un derecho humano de las mujeres porque tener la capacidad de gestar no invalida que eres una persona, con los derechos que establece la Declaración Universal de Derechos Humanos. Para una mente que comprende los derechos humanos, forzar a alguien a gestar, a parir, a criar hijos/as o a darlos en adopción es monstruoso. Ya no deciden los hombres que mandan en tu vida sino tú. Interrumpir un embarazo no deseado no es una decisión como la de mandar a otra gente a la guerra para que defiendan lo que a ti te parece importante, ni es una decisión como la de pegarle una paliza o prenderle fuego a alguien con quien compartes la vida porque no te obedece o te irrita. Por otra parte, la ilegalización del aborto es equiparable a la legalización de la pena de muerte para las mujeres que enfrentan el grave problema de haberse quedado embarazadas sin desearlo. Lo voy a explicar.
¿Por qué las mujeres se quedan embarazadas sin desearlo y qué pueden hacer al respecto? En los países industriales existen muchas mujeres que pueden disfrutar de una vida sexual libre y no quedar embarazadas porque disponen de información y recursos de la salud, pueden elegir. Son sociedades donde el machismo existe, donde sigue marcando a fuego la vida de otras mujeres, pero también, donde está empezando a ser cuestionado con el desarrollo de estilos de vida diferentes. En los países pobres y casi pobres rara vez las mujeres disfrutan de una vida sexual elegida. Quedarse embarazadas no es resultado de su libre decisión, sino, a menudo, de que han sido usadas como si fueran objetos. Son sociedades donde la situación de violación de derechos humanos es tan grave que parece no haber espacio para desarrollar estilos de vida diferentes, que puedan servirnos para superar la vida tan mala que nos impone a las mujeres la ideología machista. Pero el mundo está cambiando, hemos empezado a comprender que no es la violencia lo que nos permite sobrevivir sino el uso de la inteligencia, y así lo demuestran las leyes por las que hemos ido luchando, tanto en los países pobres como en los industriales. Ya vamos sabiendo que la libertad a la autodeterminación sexual y reproductiva de las mujeres es un derecho humano fundamental.
Así, en la actualidad, el aborto es legal para más de la mitad de la población mundial. No hay ley ni sentencia judicial alguna en el mundo que considere que la vida de un embrión o de un feto valga más que la de la persona que lo gesta. Parece absurdo tener que explicarlo, pero el machismo ha hecho mucho daño a nuestra inteligencia, condicionando nuestra percepción del mundo desde el desprecio a las mujeres. Tradicionalmente, nos ha enseñado que las mujeres tienen la función única de servir a los demás, que han de subyugarse al hombre y asumir todas las responsabilidades salvo matar y ganar dinero, sin elegir nada, sin reconocimiento alguno, sin poder buscar su felicidad... Históricamente, la situación de que las mujeres tengan derechos es nueva. Se ha dado gracias a que un porcentaje de la población suficiente ha asumido la lucha por los derechos humanos de las mujeres, la lucha feminista, y ha conseguido que la especie empiece a organizar la sociedad intentando superar los papeles tradicionales y aspirando a una organización social más igualitaria y justa, civilizada. No obstante, todavía no hemos superado el machismo ni material ni psicológicamente. Se percibe en ideas que perduran y son incoherentes con el nuevo rumbo (en estos gráficos de UNICEF 2006 veréis ejemplos: Tablas y gráficos y Tablas estadísticas ).
Conferencia Mundial de Derechos Humanos (Viena, 1993) Art. 18. Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional.
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (1967) Art. 5.a. Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres
Conocer más documentos que defienden los derechos humanos de las mujeres
El aborto es un problema social también, no sólo una tragedia personal: se inscribe en el tema más amplio de las políticas de población y derechos reproductivos, y esto vincula con cómo se concibe y se trata a las mujeres en el mundo que hemos creado. Gracias a la difusión de la idea de que todos los seres tienen derechos humanos, en la actualidad tan sólo el 26% de la población mundial reside en países donde el aborto es ilegal. Según datos del 2005 sobre la legislación sobre el aborto en el mundo, el aborto sin restricciones es legal en 54 países, lo que afecta al 40.5% de la población mundial. Ejemplos son: Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Francia, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Turquía, Túnez, Serbia, Montenegro, Bosnia-Herzegovina, Croacia... El aborto es legal con alguna restricción en 69 países más, lo que afecta a un 33.5% más de la población mundial (Vinculos actualizados: World Abortion Laws Fact Sheet 2009 (2 págs.) Una traducción al español (2 págs.) oct 2008). Tener legalizado el aborto no indica necesariamente que esa sociedad haya superando el complejo sistema del machismo. (A lo largo de la historia los hombres han decidido a menudo legalizar, e incluso forzar al aborto por razones militares, económicas, políticas, religiosas, no por razones de respeto a los derechos humanos de las mujeres). Pero esto no invalida que muchas mujeres hayan podido disfrutar de la posibilidad de decidir sobre su sexualidad y su vida. Ilegalizar el aborto, por el contrario, siempre ha tenido consecuencias nefastas para las mujeres.
En los sitios donde el aborto es ilegal, a las tragedias de la falta de libertad sexual de las mujeres y de unas tasas de aborto altas, se suma el que mueran miles de mujeres que, a pesar del riesgo que corre su vida, soportan un aborto clandestino. Los hechos que explican el que 20 millones de mujeres al año arriesguen la vida así, y que 70.000 mueran por ello (cifras de WHO/UNICEF/UNFPA, 2004) no quedan explicados con la falacia misógina de que las mujeres son irresponsables y caprichosas. ¿Por qué han abortado las mujeres a lo largo de la historia? La mentalidad machista nos lleva a desligar el aborto de la situación social que genera el aborto. Sin embargo, lo que le hacen las sociedades patriarcales a las mujeres es real, analizable, han sido sociedades que durante siglos se han desarrollado con una crueldad insólita, radical, contra las mujeres, tan grande que ni siquiera se ha registrado en los libros de historia, pues era un derecho "natural" de los hombres como grupo humano sobre las mujeres (ver ejemplos de cómo afecta la mentalidad machista a la salud de las mujeres). Las mujeres han abortado porque no han vivido en una sociedad que las respete: no han importado nada, se ha abusado de ellas de innumerables formas y se ha ignorado ese abuso. Si sus padres, tíos, los amigos de los hombres de su vida, o el "enemigo", un desconocido, las violaban y quedaban embarazadas, eran ellas las "culpables". Si se enamoraban o deseaban establecer relaciones sexuales con un hombre de su elección, no podían pedir preservativos; se veían forzadas a abortar clandestinamente porque si no lo hacían "le buscarían la ruina" a su familia, y/o podrían ser torturadas por su sociedad, incluso asesinadas. No se puede decir que las mujeres hayan elegido abortar, exactamente. Seguramente hubieran preferido poder tomar anticonceptivos o poder seguir con sus embarazos. Son ejemplos. Todos y todas conocemos esos ejemplos. Son innumerables. Así que la idea de que las mujeres son, por naturaleza, irresponsables es un mito patriarcal; es resultado del integrismo religioso, que durante siglos ha considerado a las mujeres seres defectuosos, incapaces de pensar con claridad, y que ha organizado un sistema social coherente con esas ideas, donde ellas iban a ser usadas y controladas. La postura de quienes consideran que las mujeres abortan porque son irresponsables no refleja un profundo respeto a la vida, sino un profundo desprecio a las mujeres.
Forzar a la gestación por omisión (no ofrecer recursos para la salud sexual y reproductiva) o por prohibición (ilegalizando el aborto, impidiendo el uso de métodos contraceptivos) es un acto criminal, inhumano. Las mujeres no somos un recipiente para uso de la especie. Somos personas. No somos herramientas ni juguetes. No se puede desligar el tema del aborto de las prácticas sociales contra las mujeres, que refuerzan unas estructuras sociales que ya no se justifican o sostienen. Las leyes de aborto restrictivas no protegen a nadie: violan los derechos humanos de las mujeres. Por el contrario, la protección de los derechos sexuales y reproductivos evita a las mujeres sufrimientos atroces y muertes evitables.
Si hablamos de respeto a la vida, no podemos excluir a las mujeres.
Si hablamos de respeto a la vida, tendremos que abordar las dos causas principales de muerte en el mundo, ambas evitables: la pobreza (el hambre) y las guerras (la violencia). Podemos imaginar perfectamente, la miseria, el sufrimiento, la muerte y la destrucción que causan las guerras del mundo, nunca en nombre de la justicia, la igualdad y la libertad solidaria. ¡Hay tantos datos! Respecto a la pobreza y el hambre, lo extraño es que quienes combaten el derecho al aborto nos quieran hacer creer que se puede desligar la pobreza y la violencia contra las mujeres del tema de los derechos reproductivos de las mujeres y su derecho a atención sanitaria (ver Estado de la población mundial 2009 del Fondo para la Población de las Naciones Unidas). En febrero del 2007, del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas recibíamos cifras escalofriantes sobre la muerte de bebés, niñas y niños en el mundo a causa del hambre: 18 mil a diario. Hoy en día unas 850 millones de personas están hambrientas y desnutridas, y más de la mitad son menores. Más de mil millones de personas en el mundo viven en pobreza absoluta y la inmensa mayoría son mujeres que se encargan de niños, niñas, ancianos y ancianas, a lo que se suma su propia vida. La pobreza es un crimen contra la humanidad, una violación de derechos humanos que va asociada a múltiples variedades de violencia, y tenemos que ser conscientes de que las mujeres en su mayoría son pobres y de que sufren muchos tipos de violencia. Según las Naciones Unidas (2005) 1 de cada 5 mujeres del mundo será víctima de violación o intento de violación en el transcurso de su vida al menos una vez. Según Amnistía Internacional (2007), al menos 1 de cada 3 mujeres ha sido golpeada, la han obligado a mantener relaciones sexuales o ha sufrido otra clase de abusos en su vida. Por lo general, el autor de los abusos es un familiar o un conocido (el ¿padre?). Según UNICEF (2006), 30.000 niños y niñas menores de 5 años mueren cada díapor enfermedades evitables si tuvieran comida y asistencia médica. Según UNICEF (2006), el 95% de la gente enferma de sida es de países pobres o algo menos que pobres: 17,5 millones de personas son mujeres y 2.3 millones son niñas y niños menores de 15 años... (Nuevo vínculo en inglés: Informe sobre mortalidad infantil 2010 Unicef (24 págs.); recursos sobre Los niños y las niñas en el mundo , en inglés)
Las mujeres como grupo humano dentro del patriarcado no son responsables de las muertes en el mundo, ni de las matanzas, ni del abuso y la tortura sexual. No se dedican al asesinato sino a luchar por sobrevivir y sacar adelante a más gente, algo que no tienen ni reconocido, y todo ello soportando ser un objeto para muchos hombres que no dudan en abusar de él. Así es en el mundo, ¿no? Necesitamos un poco de cordura en los análisis. El papel que le ha tocado a los hombres no es deseable, sabemos que hay hombres víctimas del sistema patriarcal. Pero esos papeles los han decidido los hombres como grupo humano, y el papel que se le ha asignado a las mujeres ha sido incluso peor. Es preciso dejar de desviar la atención de los verdaderos problemas que tenemos: el problema no es que haya mujeres que se dediquen a abortar; el problema es que el mundo está organizado de manera que se ven forzadas a esa trágica salida. El derecho al aborto es un derecho humano, y no será necesario recurrir a él el día en que las mujeres sean dueñas de su libertad sexual y de sus derechos reproductivos.
Anticonceptivos para no abortar
Aborto legal para no morir
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Publicado en mujerpalabra.net en 2007