Pensamiento - Crítica a las religiones

A pesar de que me considero creyente y concretamente cristiano, cada vez que surge el debate sobre las religiones en la sociedad actual, como recientemente a raíz de la Acción Directa en la capilla de la Universidad Complutense , o con motivo de la Procesión Atea ,  me posiciono claramente a favor de las posturas ateas, por las siguientes razones (muy escuetamente, por razones de espacio):

Es evidente que las religiones intentan organizar la sociedad. Pero no de cualquier forma, sino a beneficio de los poderosos. Por eso, estoy en contra de las religiones organizadas, y creo que hay que combatirlas, como opinan la mayoría de las personas que quieren transformar la sociedad.

Es evidente que las religiones organizadas son profundamente patriarcales y machistas, y hay que combatirlas por ello.

Es evidente que las religiones organizadas persiguen el sexo y el placer con el objetivo de aumentar su control social, pues una sociedad reprimida es más controlable. Por ello, hay que combatir a las religiones organizadas.

Es evidente que las religiones fomentan la obediencia para mantener el orden injusto que sufrimos, y por tanto para combatir la injusticia también hay que combatir a las religiones.

No estoy en absoluto de acuerdo en que haya que tener "respeto" o "tolerancia" hacia las religiones o hacia las personas religiosas, si con esto se quiere decir que hay que dejarlas actuar imponiéndonos al resto sus criterios. Creo que hay que combatir el daño que hacen y no hay que tener reparo en decir las verdades por mucho que escandalicen (como hacía por ejemplo Jesús de Nazaret, quien fue condenado a muerte por ello).

No obstante lo anterior, me considero creyente y cristiano. Esta son mis razones para ello, de manera muy escueta:

1. Desde el punto de vista filosófico.  Creo que toda persona se pregunta en algún momento de su vida cual es el origen de todo lo existente, y si tiene algún sentido. Me interesan mucho todas las aproximaciones filosóficas al tema, así como todo lo que la ciencia actual puede decir al respecto. Por supuesto, es un tema sin una respuesta definitiva, pero creo que es una postura igualmente razonable opinar que el universo tiene un origen y por tanto un sentido, al que se puede llamar Dios.

2. La "revelación". Todas las religiones se basan en personas que han tenido experiencias en que "Dios se ha revelado". Creo que, si realmente existe una realidad última, es plausible que algunas personas puedan realmente tener una experiencia más profunda al respecto. En mi opinión todas pueden tener parte de verdad. Lo que es ridículo es intentar dar una explicación completa (sería como intentar explicar la música a los sordos), y más ridículo aún, establecer un código de conducta en base a esta experiencia. Por tanto, aunque todas las religiones puedan tener parte de verdad, en su totalidad son un conjunto de chorradas.

3. La ética. Si realmente existe algo como una divinidad, también es plausible que "inspire" ciertos criterios éticos a la humanidad. Yo creo que esto ha ocurrido en infinidad de personas, desde filósofos griegos como Sócrates o Diógenes, hasta "fundadores" de religiones como Buda o Mahoma, pasando por Jesús de Nazaret, hasta personas más recientes como pueden ser nuestros "modelos" (para los luchadores noviolentos) Ghandi y Luther King. Por supuesto, pensar que sólo una ética es completa y válida, o que una sola religión tiene la mejor ética, es una solemne estupidez, y además muy peligrosa.

4. El cristianismo. Como he dicho, me considero cristiano. En primer lugar, es evidente que una de las causas es que el cristianismo ha sido una tradición muy cercana para mí. Pero creo que es conveniente que explique algunas características de mi "cristianismo":

Considero a Jesús de Nazaret una buena persona —un profeta— que en su tiempo tomó partido por las personas pobres y oprimidas (incluyendo las mujeres, en un contexto muy machista) y en contra del poder establecido y principalmente en contra de la religión de su época en la medida que favorecía la injusticia, aunque él era un hombre religioso. Por supuesto, no creo que Jesús fuera Dios, ni el hijo de Dios ni chorradas por el estilo. Sí puedo aceptar la "resurrección" de Jesús, explicada en ciertos términos, pero no me extiendo ahora en ello.

Jesús de Nazaret no fundó ninguna religión. El era judío y compartía la base de la religiosidad de su pueblo, pero era tremendamente crítico con todo lo nefasto que tenía su religión. Era tan crítico que llegó a molestar sobre manera a los jefes religiosos de su época, hasta tal punto que pactaron con los romanos —sus enemigos habituales— acabar con él. Como digo, Jesús no fundó ninguna religión. Simplificando podemos decir que el Catolicismo lo fundó el emperador romano Constantino cuando se percató de que al imperio romano le podría venir bien usar esta religión para fortalecer el imperio. Hasta tal punto fue avispado Constantino que acertó de pleno, pues la Iglesia Católica Romana sigue siendo una poderosa institución mundial 17 siglos después, y tras haber sufrido el planeta impresionantes cambios.

Jesús de Nazaret sí que desarrolló una determinada ética, bastante radical y que hoy sigue teniendo en mi opinión plena vigencia, en el sentido de que si todas las personas aceptáramos su ética, el mundo sería un lugar infinitamente mejor. Yo siempre me he sentido atraído por esta ética, y además es la causa de que haya tomado muchas decisiones importantes en mi vida, tales como hacerme insumiso y participar en el movimiento antimilitarista, además de otras. Por esta razón, me considero cristiano, además de que creo, como muchos cristianos (no todos) que si Dios existe —cosa de la que no puedo estar seguro, sólo puedo hacer una apuesta— seguro que está de parte de Jesús de Nazaret y de los que queremos cambiar el mundo a mejor, y en contra de los que quieren mantener la injusticia.

Es pues evidente que aunque me llame cristiano estoy en contra de las religiones organizadas —también las cristianas— y sobre todo, estoy en contra de la Iglesia Católica, a la que considero la mayor culpable de tergiversar el mensaje cristiano, y por tanto, de alejar a  mucha gente del auténtico cristianismo, que tan beneficioso resultaría para transformar nuestro injusto mundo.