Pensamiento - Política, guerra y paz
Una historia de desidia (Objeción de conciencia en Paraguay)
Pelao Carvallo
Cuando el senador castiglionista Hugo Estigarribia, presentó su proyecto de ley para reglamentar el artículo constitucional que reconoce el derecho de Objeción de Conciencia, seguro pensó que sería otro intento fallido más en esa tarea que la derecha militarista se había impuesto a si misma: detener el rotundo rechazo a las ffaa que representan las constantes declaraciones de objeción de conciencia presentadas ante el parlamento y las autoridades departamentales por jóvenes hombres, mujeres y (quizás) trans de todo Paraguay.
Con ese horizonte, Estigarribia presentó el más militarista proyecto de ley sobre servicio civil obligatorio que pudo imaginar. Las ideas claves de su propuesta fueron ante todo reprimir y desincentivar las declaraciones de objeción de conciencia.
Para reprimir nada mejor que hacer que todos quienes ya se habían declarado objetores de conciencia pagaran por su osadía. Miles de personas deberán pagar en trabajo forzado o en dinero efectivo el rechazo mostrado al servicio militar.
Para desincentivar no ideó nada mejor que crear un engorroso y burocrático sistema para admitir las declaraciones de objeción de conciencia. Además, para crear confusión y complicaciones a los movimientos y organizaciones sociales, propuso que las mismas organizaciones de objetores y objetoras de conciencia fuesen parte del tinglado calificador de conciencias.
Con esas ideas en sus propuestas llevó al senado el proyecto de ley para construir un servicio civil obligatorio para objetores de conciencia. En el senado encontró el fervoroso apoyo de oviedistas, patriaqueridistas, colorados y… la desidia de liberales quienes no se opusieron al proyecto, pese a que este contaba con falencias legales y de redacción notorias.
El proyecto fue aprobado en todas las comisiones por las que debía pasar obligatoriamente en el senado... o, mejor dicho, el proyecto de ley no fue impugnado en el senado de una manera frontal. Los gobiernistas solo dejaron en claro que el proyecto era muy malo y que, por otra parte, era un tema menor… cosas más importantes de las cuales preocuparse.
El proyecto de Estigarribia llegó a diputados, oscuramente, como pieza de cambio para solucionar el boicot que la diputada Fabiola Oviedo venía haciendo a las declaraciones de objeción de conciencia que caían en sus manos como presidenta de la comisión de derechos humanos de la cámara de diputados… comisión que se dejó en sus manos porque los gobiernistas pensaron que no era importante, que no sabrían manejarlo, es un tema nuestro.
Pese al rechazo que la comisión de defensa de diputados hizo del proyecto (alguien lo leyó en, parece), para mayo —como regalo al mundo antimilitarista— el tema estaba, con la desidia de los parlamentarios gobiernistas, en tabla para su aprobación en plenaria.
Y el día de su votación no hubo quórum para su votación…, no es un tema importante, pensaban los diputados gobiernistas. El proyecto de ley obtuvo aprobación del Congreso sólo porque no hubo quien lo discutiera, analizara, se preocupara de cuestionarlo. El gobierno, pese a las advertencias de las organizaciones de objeción de conciencia y derechos humanos, actuó con desidia respecto a este tema, y sus parlamentarios también.
Frente a esto las organizaciones sociales involucradas en el tema redoblaron sus esfuerzos, hablaron con todos quienes pudieran tener algo que ver con el tema para prevenir a Lugo que aprobaría no sólo un proyecto inconstitucional sino una ley represiva, militarista y que hacía retroceder derechos y libertades ganadas.
Pero Lugo no escuchó, o había temas más importantes, o el Mundial de Fútbol o… el asunto es que ni debe haber mirado el documento que le pasaron a firmar… otra firma de rutina más (rutina es una palabra que sale en la declaración de prensa de la presidencia al respecto), algo sin importancia, desidia.
Y ahí estamos: con una absurda, retrógrada, equívoca y represiva ley que llegó a ser promulgada por desidia y oculta concomitancia con el militarismo de parte del gobierno y parlamentarios gobiernistas. Por que de ellos se esperaba algo… los otros son militaristas declarados.
Asunción, 25 de junio de 2010, aniversario de la muerte de Max Stirner
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Publicado en mujerpalabra.net en el verano del 2010