Introducción a la Puerta Azul
de michelle para Mujer Palabra (2003, rev. 2012)
Greenham Common Wimmin's Peace Camp, 
o como poníamos en el remite en las cartas:
fue un campamento junto a la carretera, junto al bosque y junto a la base militar de Greenham Common alquilada por el ministerio de Defensa británico a los estadounidenses.
El campamento nació de una marcha de Cardiff, en Gales, a la base, en Inglaterra. Se estableció no como tal a causa de un "ya hemos llegado y aquí nos quedamos hasta que nos hagan caso". Esto ocurrió el 5 de septiembre de 1981. (Para más info, leer Walking to Greenham, de quien la inició, Ann Pettitt.) Al contar las entradas a la base (de un perímetro de 9 millas, o 2h 30' andando) y ver que eran siete, las mujeres pintaron cada una por fuera de un color del arcoiris. Se añadieron más colores, hasta 9, y se establecieron campamentos en todas o casi todas ellas en la primera mitad de los años ochenta, pues en esa década había cientos y a veces miles de mujeres en Greenham Common. Hacia 1988 ya sólo quedaban abiertas de manera permanente la Puerta Azul y la Amarilla (que era la entrada principal a la base). Además, las mujeres de cada puerta no se comunicaban, pues se había producido una escisión en el pasado. (Las mujeres de la Puerta Amarilla han estado conectadas al tema del monumento a las mujeres de Greenham.) A pesar del descenso en número de activistas junto a la base, la presencia allí fue continua hasta que se consiguió que se desmantelara la base en 1992, con lo que se devolvió finalmente aquella tierra robada a las tierras comunales del lugar a sus dueñas y dueños: la gente de la región.
Los misiles de crucero ya no estaban allí: en 1988 habían empezado a llevárselos a Estados Unidos para reciclarlos. Pero también eso se consiguió: que tuvieran que sacar estas mortíferas armas de allí. La mala noticia fue que no los destruyeron, los reciclaron. Hoy lo que fue la pista de aterrizaje mayor de Europa ha sido reconvertida en tierra cultivable. La fecha oficial de la eliminación de la valla que marcaba los límites de la base, y por tanto, la fecha oficial de la conversión de una base de misiles en tierra para alimentos fue el 14 de septiembre de 1997. Muy probablemente, la Puerta Azul seguirá siendo un punto de encuentro para celebrar cosas.
Cómo llegaron los misiles allí
En los años ochenta, los estadounidenses quisieron llevar misiles de Crucero a Europa, y en Inglaterra los llevaron (sin previo análisis y confirmación del Parlamento británico) a la base de Greenham Common. En Gran Bretaña, las tradiciones de lucha pacifista y feminista son sólidas y combativas, y la gente era muy consciente del peligro nuclear, de ahí la popularidad de los campamentos cuando se crearon. Y de 1981 a 1992 se mantuvieron sin organización tal y como concebimos normalmente ese hecho.
El vecindario
Estancias en el campamento
Al campamento iba quien lo deseara, se quedaba el tiempo que deseara sin necesidad de comunicarlo, hacía lo que deseara... Esto es, el campamento no era un punto de encuentro para mujeres, y un lugar donde no temías a los hombres; aunque había nacido como protesta por los misiles de Crucero, cuando yo llegué ya llevaba años siendo mucho más que un evento antinuclear, era una microsociedad. De hecho me recordó las experiencias anaquistas en algunos pueblos en plena guerra civil española: en el centro de la violencia desatada se se intentaba experimentar algo utópico.
Al no haber instrucciones o planes que seguir, cada cual aportaba todo lo que traía y absorbía todo lo que allí hubiera. Era el lugar social más libre que yo haya visto jamás (si exceptúo ahora el lugar de Internet, del 2000 al 2011, al menos).
Ni siquiera las acciones se organizaban en los años noventa. No hacía falta. Es cierto, ¡no éramos masas!, pero también eso era posible porque los fundamentos de toda acción eran sólidos: se respetaba a las personas (incluido su miedo) y se partía de que la solidaridad, el bien común, era algo bueno y deseable. Pero no se establecían normas para esto. Así, la gente siempre se sentía segura, con confianza de que si tenías problemas la comunidad de mujeres te ayudaría y con confianza de que todo el mundo intentaría respetar al máximo la individualidad de cada cual. Con esto, no sorprende que acabara creciendo la valentía. Aquello permitía además un gran campo a la creatividad. No había acción censurada como "imposible"; la gente se esforzaba por no decir jamás "eso ya lo hicimos y no funciona". Podría decirse "eso lo hicimos en tal fecha", pero no se desprendía necesarimante que en el momento presente los procesos o resultados tuvieran que ser los mismos.
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