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Ir al índice de Staša Zajovi? Staša Zajović (1990)

Recuerdos en torno a dos artículos de Staša Zajović

Este artículo fue presentado en la Sexta Reunión Internacional Mujer y Salud, Manila, en noviembre de 1990 y publicado en inglés en la revista Reproductive rights (Amsterdam). La razón por la que os ofrezco este escrito es para que se comprendan algunos de los problemas que genera el tema Nacionalismo y Mujeres. Si necesitáis usarlo, junto con el último que he escrito, Militarismo y mujeres en Serbia (1991), será un placer compartirlo Espero que podamos encontrarnos pronto
Por la solidaridad global
Staša (Parlamento de Mujeres, Centro de Acción Antiguerra, Mujeres de Negro)

En Yugoslavia no ha sido promulgada oficialmente una política de control de natalidad dado que la Constitución de 1974 establece que "Toda persona goza del derecho a decidir libremente sobre el nacimiento de sus hijos". Ese mismo derecho está establecido en las constituciones de seis repúblicas y dos provincias autónomas que son partes integrantes de la federación yugoslava. Sin embargo, existe una gran disonancia entre las normas constitucionales y la práctica, especialmente en los últimos años en que asistimos a la quiebra del modelo de socialismo autoritario y dogmático. Después del triunfo de la revolución socialista (1945), la igualdad de sexos ha sido promulgada a través de decretos políticos; las cuestiones específicas de la condición de la mujer han sido subordinadas a la cuestión de clase; la emancipación de la mujer ha sido reducida casi por completo a su incorporación a la esfera de producción. Por cierto, que en un país como Yugoslavia, atrasado y  predominantemente rural (90% de la población) en la preguerra, el hecho de que actualmente están empleadas un 40% de mujeres (de población activa) es un logro importante. La incorporación en la esfera de producción no dio como resultado una igualdad económica porque las mujeres son empleadas predominantemente en las ramas mal remuneradas (industria textil, enseñanza, servicios); entre los desocupados, más del 70% son mujeres, aunque la estructura profesional es mejor que la de los hombres desocupados, la participación de la mujer en los órganos del poder político ha ido bajando desde la guerra hasta ahora.

Por lo tanto, la desigualdad y desequilibrio del poder entre hombres y mujeres son obvios tanto en la esfera pública como en la privada. Dicho modelo del socialismo no ha cuestionado la familia autoritaria y patriarcal, como tampoco la división de roles patriarcales, debido a que el valor social de la mujer ha sido reducido al papel de esposa y madre que reproduce, cría y socializa a los súbditos obedientes del partido y estado, preserva el status quo, tradición, doble moral patriarcal. O sea, el estado socialista al igual que el capitalista, fomenta y cultiva el modelo de familia autoritaria y patriarcal personificada en mano dura del padre o en idolatría al "padre de la nación", jefe del partido único, etc. Por consiguiente, todos esos factores ahora en esta fase constituyen un caldo de cultivo para la implantación de medidas conservadoras o inclusive retrógradas respecto al periodo anterior. El pluripartidismo político también está cargado de fuerte espíritu patriarcal y represivo hacia las mujeres: en el periodo anterior, el partido único asignaba a la mujer el papel de reproductora de la clase obrera; actualmente numerosos partidos políticos, predominantemente de derecha nacionalista, apelan a la mujer a reproducir la nación. Aún más: le asignan el papel de "salvar la nación de la extinción", le exhortan a dedicarse sólo al oficio "sagrado" de esposa y madre, volver al hogar y parir, criar "futuros defensores y guerreros de la patria que (supuestamente) está en gran peligro". A tales fines, proponen medidas aun más represivas: penalizar el aborto, remunerar mujeres con tres o más hijos, lo cual crea una gran confusión y sentimiento de culpabilidad entre las mujeres. Por una parte, ellas se sienten instrumentalizadas y por la otra, están impregnadas, casi igual que los hombres, de un fuerte sentimiento nacionalista.

Las primeras elecciones pluripartidistas que se celebraron en dos repúblicas yugoslavas, Eslovenia y Croacia, representan una derrota desde el punto de vista de las mujeres. Han triunfado los partidos de derecha nacionalista, lo cual coloca a las mujeres en una situación inclusive más desfavorable que en el periodo anterior. En el parlamento esloveno han sido electas sólo 5% de mujeres; sólo un partido (liberal) incorporó en su programa las demandas feministas. La situación en Croacia es aún más desfavorable: en el parlamento fue electo sólo 1% de mujeres, todas son de partido oficial en el poder, HDZ (ultraderecha). Esos partidos de corte ultraconservador abogan por el retorno de la mujer al hogar, al papel de esposa y madre, exhorta al respeto de las tradiciones, honor patriarcal, devoción religiosa, lo cual efectivamente es un paso hacia atrás con respecto al periodo de monopartidismo. Tal política retrógrada ya se está perfilando en los proyectos de nuevas leyes; que propugnan "el respeto al feto" o sea, la penalización del aborto. Esto no ha sido aún promulgado en forma de ley, pero la red feminista yugoslava se está preparando para protestar contra posibles atropellos de los derechos elementales de la mujer.

En las restantes repúblicas (4), el próximo noviembre y diciembre se llevarán a cabo elecciones pluripartidistas. La mayor parte de nuevos partidos políticos de estas repúblicas asumen una postura conservadora y retrógrada hacia las mujeres. En la república más populosa, Serbia, la campaña a favor de la implantación del control de naturalidad la comenzaron los demógrafos oficiales hace un par de años. Para argumentar la implantación de ese tipo de política en Serbia los demógrafos lanzaron la tesis sobre supuesta "extinción de la nación serbia", calificando la baja tasa de natalidad en Serbia y Vojvodina (0,2% por mil) como "peste blanca", el problema más grave de la nación serbia. Por otra parte, la alta tasa de natalidad en la provincia de Kosovo (24,9% por mil), poblada en un 90% por la minoría étnica albanesa, los demógrafos y la política oficial de Serbia interpretan como "explosión demográfica con fines expansionistas por parte de los albaneses". Eso solamente agudiza la intolerancia étnica como uno de los problemas más serios que afronta esta república. (Más tarde me explayaré más sobre la grave condición de las mujeres en Kosovo, especialmente de mujeres de la etnia albanesa.) O sea, los demógrafos de Serbia abogan por estimular la natalidad de la nación serbia y desestimular la natalidad de la minoría étnica albanesa, lo cual representa el prefacio a una política de control de natalidad represiva y racista.

Este tipo de campaña de los demógrafos que ellos denominan "planificación familiar" culminó tanto en la elaboración del proyecto llamado "resolución sobre las bases de política demográfica de Serbia" de enero pasado y posteriormente en mayo pasado en forma de las enmiendas constitucionales de Serbia. Esos proyectos abogan por la política pronatalidad en la parte en que la tasa de natalidad es baja y la política antinatalidad en Kosovo en que la tasa de natalidad es muy alta. A tales fines, proponen para Serbia y Vojvodina implantar impuestos para las solteras y solteros que tienen más de 30 años de edad y no tienen hijos. Este tipo de impuestos había implantado Chausescu con la edad límite de 25 años. También ha sido propuesto que a las mujeres que paran tres hijos o más se les abrevie la jornada laboral dos horas diarias; que a las madres empleadas se les reconozcan dos años de trabajo por cada hijo, inclusive hubo propuestas de que a "la mujer que se case se le reconozca el estatus de esposa como puesto de trabajo". Por otra parte, en Kosovo y otras regiones de Serbia con alta tasa de natalidad proponen medidas contrarias: impuestos para las mujeres que tienen más de tres hijos, sanciones en forma del pago de enseñanza elemental obligatoria y gratuita, pago de la atención médica básica, etc.

Aparte del carácter represivo, coercitivo, retrógrado de estas propuestas, las promesas a las madres de que serán remuneradas carecen de todo fundamento económico ya que los recursos financieros no alcanzan siquiera para pagar el salario a las madres con permiso de parto (los atrasos son de varios meses y las quejas de las mujeres son permanentes). El objetivo de esas promesas falsas es otro. Es notorio que en periodo de crisis económica desatan una propaganda aún más intensiva sobre la mujer como madre ideal, como "ángel del hogar", como "esposa fiel", etc. Este tipo de propaganda tiene como objetivo aplazar explosiones por el descontento social como consecuencia de despidos masivos. Entre los despidos, las mujeres serán las primeras en Serbia; la mitad de las empresas están al umbral de la quiebra, los despidos serán masivos. Por eso, a las mujeres les ofrecen, para calmarlas, falsas promesas sin fundamento económico.

La red feminista ha denunciado y advertido sobre el carácter tanto retrógrado como hipócrita de esas propuestas. Al parlamento de Serbia hemos presentado nuestra protesta adjuntando varias miles de firmas de las ciudadanas y los ciudadanos que se han solidarizado con nuestra campaña. En nuestra protesta hemos enfatizado en lo siguiente:

  • punto que diferentes tasas de natalidad en Yugoslavia y en Serbia no deben ser justificación o pretexto alguno para implantar la política demográfica coercitiva que no corresponde a las necesidades, intereses, y deseos de las mujeres. Nos oponemos particularmente a la eventual implantación de la doble política demográfica: pronatalidad para Serbia y Vojvodina y antinatalidad para Kosovo, pues consideramos que eso es otro instrumento más para la división patriarcal y autoritaria de las mujeres de diverso origen étnico, lo cual es muy peligroso dados los agudos problemas étnicos que sacuden el país;
  • punto que la planificación de la familia no consiste en mayor o menor número de hijos, como tampoco el estado debe determinar "el tamaño ideal de la familia" o ejercer control sobre la capacidad o comportamiento reproductivo de la mujer. El estado debe crear condiciones económicas, de salud, educación, etc. para que las mujeres, sin interferencia alguna del estado, decidan si quieren o no tener hijos, cuántos, cuándo, con independencia de su origen étnico, clase, raza, religión, opción sexual, estado cívico. Por eso, toda interferencia administrativa en forma de estímulo o desestímulo de la natalidad consideramos como violación flagrante de los derechos de la mujer;
  • punto sobre la eventual implantación del impuesto para solteras y solteros que tienen más de 30 años de edad y sin hijos, esto representa un atropello a los derechos humanos.

Sin embargo, ese "paquete" de medidas retrógradas fue apoyado por parte de la Federación de la Mujer (organización gubernamental de las mujeres). Felizmente, esas medidas no han sido aún adoptadas, en parte por nuestra protesta, pero fundamentalmente por la suspensión del parlamento de Kosovo, ya que sin el consenso de ese parlamento esas leyes no pueden ser aprobadas. Asimismo, los grupos feministas hemos elaborado y enviado la siguiente enmienda constitucional al parlamento de Serbia: "Toda mujer debe gozar del derecho soberano y libre de decidir sobre propia reproducción biológica. La concepción y desarrollo del embrión se desarrolla sólo en el cuerpo de la mujer. Por lo tanto, hasta que los hombres no tengan la capacidad de parir, las mujeres son las únicas que deben decidir sobre esa materia".

Pese a que dichas medidas no hayan sido aún adoptadas, nosotres en los grupos feministas estamos alerta y consideramos que existe peligro evidente de que esas medidas sean implantadas en el futuro próximo. Tanto más, en las próximas elecciones a celebrarse el 8 de diciembre próximo: tienen la seria posibilidad de ganar los partidos de extrema derecha que en sus programas anuncian medidas represivas hacia las mujeres.

Condiciones de las mujeres albanesas en Kosovo

En Kosovo, provincia de la república de Serbia (la región más atrasada del país, poblada en más de 90% por la etnia albanesa), las mujeres albanesas sufren las condiciones más desfavorables en el país. He aquí algunos antecedentes: sólo un 7,5% de mujeres en Kosovo tienen empleo (en tanto que el promedio yugoslavo llega a 39,6% y en la región más desarrollada, Eslovenia, a 46%). La tasa de natalidad es de 24,9%, mortalidad de los neonatos alcanza el 50,7% (promedio 16% en el resto del país); 24,6% de las mujeres albanesas son analfabetas. Los servicios de salud pública en Kosovo son insuficientes y malos: en marzo pasado había sólo 74 ginecólogos para más de un millón de mujeres, en Kosovo un 58,5% de mujeres no conocen los métodos anticonceptivos, que utilizan sólo el 5% de las mujeres de esa región. Debido a todo eso, la alta tasa de natalidad, especialmente de las albanesas, está en relación directa con: atrasada estructura agrícola, insignificante participación de la mujer en la esfera de producción, pobreza, etc. O sea, la alta tasa de natalidad no es la causa sino consecuencia de la pobreza. Sin embargo, en medio de agudo conflicto étnico entre los serbios y los albaneses, a la etnia albanesa, mejor dicho a las mujeres de esa etnia, se les acusa por su alta tasa de natalidad de que desean conquistar la región de Kosovo y suplantar a los serbios de ella. Es un asunto político muy delicado, dado que los serbios consideran Kosovo como "cuna de la cultura y historia nacional de los serbios".

Sin embargo, dado que la condición de las mujeres en Kosovo, especialmente de las albanesas, es muy desfavorable, las afirmaciones de que la alta tasa de natalidad de las albanesas forma parte de una estrategia nacionalista carece de todo fundamento, o sea, la idea de que ellas paren por motivo ideológicos. Tal vez de ello se podría hablar si gozaran de las condiciones económicas y otras en que puedan decidir ellas solas sobre su reproducción. Además, las encuestas realizadas en Kosovo demuestran que la mitad de las mujeres encuestadas desea tener dos hijos, un tercio desea tener tres hijos. Asimismo, los datos estadísticos refutan las tesis de que las mujeres albanesas tienen el mismo número de hijos independientemente de las condiciones económicas y grado de formación académica: la albanesa que tiene empleo y vive en ciudad tiene en promedio 3 hijos; entre ellas, las que tienen estudios medios tienen 2,24 hijos, las mujeres con formación universitaria tienen 2, 18 hijos. Por otro lado, las albanesas que no tienen empleo y viven en ciudades tienen 5,5 hijos en promedio; en el campo aun más.

La estructura tradicional y patriarcal representa la fuente de opresión y esclavitud de las mujeres en todos los grupos étnicos en Kosovo. Derecho consuetudinario, bigamia, inclusive poligamia, matrimonio concertado, compra de mujeres, "código de honor" constituyen la realidad de Kosovo. En la familia tradicional la mujer está sometida, no sólo al marido sino a todos los miembros masculinos de la familia. En la cultura patriarcal a la mujer se le asigna el papel de preservar la moral y código del honor. Ese papel no se le asigna sólo a la mujer albanesa sino también a las mujeres serbias, montenegrinas, y casi todas que viven en Kosovo. Ese tipo de valores está considerado como valores específicos nacionales culturales por la tradición. Este tipo de "valores nacionales" y el cumplimiento del "código de honor" tienen el papel del control social sobre las mujeres. Las demandas de rescatar la tradición, costumbres, las hacen casi todos los partidos políticos en el país.

Por lo tanto, las mujeres en Yugoslavia estamos sometidas a diversas formas de opresión, pero por otro lado, las mujeres participan activamente en el ejercicio del mismo modelo de la intolerancia hacia las mujeres de otro origen étnico o confesión. O sea, la propaganda política en Serbia influye en la misma medida sobre ambos sexos. Mejor dicho, salvo en grupos feministas, no existe una alianza de las mujeres en torno a la opresión de sexo. La mayoría de las mujeres en Yugoslavia expresan lealtad a la ideología nacionalista que discrimina y separa a las mujeres. Las autoridades políticas en caso todas las repúblicas aplican el principio "divide et impera" provocando la intolerancia étnica. Por lo tanto, las mujeres en Kosovo están sometidas a opresión, aun mayor que en el resto del país, están sometidas a diversas manipulaciones políticas, a abusos. Pero, las mujeres en Kosovo de diversos grupos étnicos están en confrontación, no tienen siquiera una organización conjunta. Las mujeres en Kosovo se sienten en primer lugar, integrantes de su grupo étnico, no hay lazos de solidaridad entre ellas. Las mujeres albanesas, serbias, montenegrinas, turcas, están oprimidas como integrantes de esos grupos étnicos pero también como mujeres, como sexo. La condición de estas mujeres es más difícil que la de las demás en Yugoslavia por incuestionable moral patriarcal. Las mujeres que se rebelan contra esa moral y tradiciones, fácilmente pueden ser tratadas como traidoras de la causa nacional. "La lealtad a esa causa nacional" representa también el yugo para esas mujeres, que tendrán que luchar el doble o triple. Se puede esperar que las mujeres en Kosovo, como en todo el país, denuncien el carácter represivo y discriminatorio de la llamada "cultura patriarcal y tradicional". Eso se puede lograr mediante la solidaridad colectiva de las mujeres. Las feministas de Yugoslavia siempre han manifestado ese tipo de solidaridad.

Pasado a ordenador por Furia y Scout en el verano del 2011

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Publicado en mujerpalabra.net en el verano del 2011