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Ella Wheeler Wilcox: Poema en defensa de les animales
Webita dedicada a Ella Wheeler Wilcox, con contenidos del taller sobre esta escritora y su poema en defensa de les animales en Sisters. Workshops with Poems, donde hay también un ejercicido para pensar el esquema que siguió al escribir este poema y comparar la evolución en argumentos en defensa animal con nuestros días, y hay un Reading Comprehension también con un artículo que escribió sobre cómo se hizo escritora de pequeña y llegó a la fama que tuvo en su día.
1. Listen to the poem at the Talking People’s Podcast and practice reading it aloud!
Published in Poems of Experience (London: Gay and Hancock, Ltd. 1910)
This poem is in the public domain.
“The Voice of the Voiceless” by Ella Wheeler Wilcox
I am the voice of the voiceless;
Through me the dumb shall speak;
Till the deaf world's ear be made to hear
The cry of the wordless weak.
From street, from cage, and from kennel,
From jungle and stall, the wail
Of my tortured kin proclaims the sin
Of the mighty against the frail.
I am a ray from the centre;
And I will feed God's spark,
Till a great light glows in the night and shows
The dark deeds done in the dark.
And full on the thoughtless sleeper
Shall flash its glaring flame,
Till he wakens to see what crimes may be
Cloaked under an honoured name.
The same Force formed the sparrow
That fashioned man, the king;
The God of the Whole gave a spark of soul
To furred and to feathered thing.
And I am my brother's keeper,
And I will fight his fight,
And speak the word for beast and bird,
Till the world shall set things right.
Let no voice cavil at Science--
The strong torch-bearer of God;
For brave are his deeds, though dying creeds,
Must fall where his feet have trod.
But he who would trample kindness
And mercy into the dust--
He has missed the trail, and his quest will fail:
He is not the guide to trust.
For love is the true religion,
And love is the law sublime;
And all that is wrought, where love is not,
Will die at the touch of time.
And Science, the great revealer,
Must flame his torch at the Source;
And keep it bright with that holy light,
Or his feet shall fail on the course.
Oh, never a brute in the forest,
And never a snake in the fen,
Or ravening bird, starvation stirred,
Has hunted its prey like men.
For hunger, and fear, and passion
Alone drive beasts to slay,
But wonderful man, the crown of the plan,
Tortures, and kills, for play.
He goes well fed from his table;
He kisses his child and wife;
Then he haunts a wood, till he orphans a brood,
Or robs a deer of its life.
He aims at a speck in the azure;
Winged love, that has flown at a call;
It reels down to die, and he lets it lie;
His pleasure was seeing it fall.
And one there was, weary of laurels,
Of burdens and troubles of State;
So the jungle he sought, with the beautiful thought
Of shooting a she lion's mate.
And one came down from the pulpit,
In the pride of a duty done,
And his cloth sufficed, as his emblem of Christ,
While murder smoked out of his gun.
One strays from the haunts of fashion
With an indolent, unused brain;
But his sluggish heart feels a sudden start
In the purpose of giving pain.
And the fluttering flock of pigeons,
As they rise on eager wings,
From prison to death, bring a catch in his breath:
Oh, the rapture of killing things!
Now, this is the race as we find it,
Where love, in the creed, spells hate;
And where bird and beast meet a foe in the priest
And in rulers of fashion and State.
But up to the Kingdom of Thinkers
Has risen the cry of our kin;
And the weapons of thought are burnished and brought
To clash with the bludgeons of sin.
Far Christ, of a million churches,
Come near to the earth again;
Be more than a Name; be a living Flame;
'Make Good' in the hearts of men.
Shine full on the path of Science,
And show it the heights above,
Where vast truths lie for the searching eye
That shall follow the torch of love
2. Translate the poem. Here is our translation so you can check later on.
Traducción de michelle renyé (2014, rev. 2024)
Este poema fue traducido a petición de Eva Benet y Jesús Frare en las redes sociales, a quienes agradezco el encargo, pues fue un descubrimiento. Además, toda mi admiración o amor y agradecimiento por su lúcido activismo social.
“La voz de quienes no tienen voz” (1910)
Ella Wheeler Wilcox
Soy la voz de quienes no tienen voz;
A través de mí se pronunciarán
hasta que el oído sordo del mundo escuche
el grito del mundo animal, sin defensa.
En las calles, desde las jaulas y perreras,
desde la selva y las cuadras, el gemido
de mis torturades hermanes proclama
la perversidad de la especie más violenta.
Soy un rayo del corazón profundo
que encenderá el fuego de Dios
hasta que una gran luz relumbre en la noche mostrando
los hechos tenebrosos que ocurren en la oscuridad.
Y de lleno sobre tú que duermes y no piensas
lanzará su luz este fuego justiciero
hasta que despiertes y contemples los crímenes
que el manto de una supuesta razón encubre.
La misma Fuerza que creó al gorrión
creó a la especie que domina;
Le Dios de Todo encendió la vida del alma
de seres con pelo y plumas.
Y yo soy la guardiana de mis hermanes
y entablaré esta lucha
hablando por las bestias y las aves
hasta que el mundo humano rectifique su rumbo.
Que ninguna voz objete a la Ciencia,
el brazo de Dios que sostiene la antorcha:
valientes son sus hechos, aunque sus credos caducos
caerán allí donde todo lo pisotearon.
Así, quien machaca la empatía
y la solidaridad hasta reducirlas a polvo
ha perdido el camino, su misión es un fracaso.
No es quien debe guiarnos, en quién confiar.
Es el Amor la religión verdadera,
el amor, la ley sublime es,
y todo lo forjado donde no se halla el amor
muere al contacto con el tiempo.
Y la Ciencia, la gran reveladora,
tendrá que acercar su antorcha a la Causa;
para iluminarla siempre con esa luz bendita,
o sus pies no la sostendrán en el camino.
Oh, nunca una fiera del bosque
y nunca una serpiente en el humedal,
o un ave rapaz que muere de hambre
ha cazado a su presa como el Hombre.
Por hambre, por miedo y por pasión
matan las bestias únicamente,
pero el Hombre, maravilla que corona del Plan,
tortura y mata por diversión.
Se levanta de la mesa, bien alimentado,
besa a su hija y a su mujer;
y parte al bosque, a dejar huérfana a la camada,
a robarle la vida a un ciervo.
Apunta a una mota del azul, aun amor con alas
que alza el vuelo por su llamada y cae
en picado a morir, y él no lo recogerá:
su placer es verlo caer.
Y hubo quien, cansado de laureles,
de cargas y problemas de Estado,
buscó la selva, con la preciosa idea
de pegarle un tiro al compañero de una leona.
Y otro que bajó del púlpito
con el orgullo del deber cumplido,
con su túnica como emblema del Padre,
y la escopeta humeando asesinato.
Otro merodea desde los lugares de la Cultura,
su cerebro indolente y virgen,
y raudo, su perezoso corazón se sobrecoge
ante la ocasión de infligir dolor.
Y las bandadas de palomas echan a volar
desde el suelo, las alas urgentes,
huir de la cárcel a la muerte… Esto le deja sin aliento.
¡Oh, arrebato de dar muerte a la vida!
Ésta es la carrera tal y como la conocemos,
donde el amor, según el credo, es odio,
y ave y bestia hallan enemigo común en el sacerdote
y en quienes gobiernan Cultura y Estado.
Pero hasta el Dominio de Quienes Pensamos
ha llegado el grito de nuestres hermanes,
y las herramientas de la razón afilamos y traemos
mazas para enfrentar la perversidad del pecado.
Lejano Cristo, de un millón de iglesias,
acércate a la tierra de nuevo:
sé más que un Nombre, sé un Fuego vivo,
«Haz el Bien» en los corazones de los hombres,
ilumina el camino de la Ciencia,
muéstrale las alturas donde residen
las grandes verdades que investigamos
quienes nos guiamos con la antorcha del amor.
Información sobre uso de este material: la obra de Wheeler Wilcox está en el dominio público; la traducción de michelle renyé puede usarse si se cita traductora y fuente en mujerpalabra.net
Webita publicada en octubre 2024