Saltar grupo de enlaces
Logo de Mujer Palabra

Mujer Palabra es un espacio feminista independiente y autogestionado en Internet para la difusión de ideas, obras, materiales que habiten y exploren la construcción de un mundo menos violento e injusto, más libre, creativo y solidario

Pensamiento - Sociedad, economía, filosofía y política

Volver al índice de Sociedad, economía, filosofía y política Callos de mujer

Volver a la Autora Ana Isabel Espinosa

Se pasaron ya los años en que todas queríamos ser perfectas y maravillosas, se perdieron en el olvido aquellos sueños en que las niñas queríamos ser princesas de cuanto de hada, hechizadas por un designio maldito, porque si de algo valió la pena que mujeres desconocidas sacaran pecho por todas nosotras y murieran en el intento de hacernos iguales en derechos y libertades, fue el de neutralizar a  imbéciles que quieren ponernos límites a la hora de cumplir nuestros destinos.

Parece de lo más natural criticar que las mujeres de ahora luchemos por situarnos en la vida y escalar puestos que antaño estaban reservados a los hombres. También parece meritoriamente criticable que estas misma mujeres, entre las que me incluyo,  detestemos el papel de ama de casa, que por nacimiento y por vivir en pareja se nos quiere asignar a  la fuerza.

Afortunadamente ahora en los institutos a las chicas no se les imparte la asignatura de labores, sino la de tecnología, se les enseña que todos tenemos las misma posibilidades de equivocarnos en la vida y que lo que hay por debajo del ombligo solo importa a la hora de ir al servicio.

Nos quieren poner ejemplos caducos y rancios de mujeres que se vieron obligadas a vivir una vida que les impusieron sus padres o sus maridos, pero nosotras sabemos que todos es una burda mentira,  que tal vez nuestras madres y nuestras abuelas estuvieran obligadas a decir a todo que sí,  pero que nosotras ya dijimos "basta" hace mucho tiempo.

No creo que ser ama de casa, en estos días,  sea más que una obligación y una carga difícil de llevar, porque si es una elección, como tal, debería ser evaluada y sentida,  libre y propia, sin que nadie tuviera que influir en ella, también sé que las mujeres, TODAS, somos amas de casa a tiempo parcial, pero que los hombres, esos que se permiten la frivolidad y el descaro de ponernos ejemplos y de llamarnos "machotas", cuando queremos trabajar en lo que ellos llevan siglos monopolizando, nunca son solo amos de casa, porque se les rebajaría la autoestima, existiendo demasiados casos de hombres que cuando les hace falta freírse un huevo o plancharse los pantalones llaman a mamá, a su chati de turno,  o a la chica de servicio, teniendo un solo nombre con el llamarse al afeitarse por la mañana ante el espejo, "soberanos inútiles".
Deberíamos educar por igual a nuestros hijos, para que no necesiten casarse con nadie, ni vivir a la sombra de nadie y que solo establezcan parejas y sociedades afectivas, cuando su cuerpo,  su razón y sus sentidos le digan que no pueden vivir sin la persona amada, porque me parece lo mas triste del mundo decir que un hombre solo es "como un jardín sin flores" o escuchar de labios de una madre anciana "¿qué hará este hijo mío cuando yo muera? , ¿quién cuidará de él?

Las mujeres somos las fuertes, las creadoras de vida, las que siempre salen de las dificultades y por eso mismo la sociedad masculina, basándose en la honra y adjudicándonos su perdida por completo, nos quisieron rebajar a lo mas ínfimo, condenándonos a una casa con puertas y ventanas cerradas, cuidando los hijos y viendo pasar la vida a través de los ojos de los demás, pero eso acabó y nos podemos preparar y luchar por cumplir los sueños que siempre hemos tenido,  fijándonos en quienes lo consiguieron antes que nosotras.

Que no venga nadie a decirnos que estar en casa y cuidar de la familia es lo que nos corresponde, porque ya nos hemos hartado de ser marujitas a las que mandar y que solo nacen para servir, que si lo hacemos es porque queremos, no el planchar, el poner la lavadora o el cuidar de la casa,  sino a los que están bajo nuestro mismo techo. Por eso,  o José se pone las pilas y colabora en casa como le corresponde, o María se va a ir al bingo o a una despedida de soltera con las amigas, a ver  a los Boys quitarse el tanga y a reírse un rato, que ya le tocó el turno.

bar

Información sobre uso de este material: consultar con la autora
Publicado en mujerpalabra.net en el verano del 2010