Bloody Mary |
A
lo mejor ya sabes que un BLOODY
MARY
es un cóctel de vodka con zumo de
tomate, pero a lo mejor no sabes que
los ingleses le pusieron ese nombre al brebaje pensando
en María Tudor, la Sanguinaria...
(Se dice entonces que "Bloody Mary" es
un epónimo.)
María fue hija de Catalina de Aragón
y de Enrique VIII, el rey que se casaba cada dos
por tres, y que pasó de la Iglesia católica
para crear la de Inglaterra y poder así divorciarse
cuantas veces quisiera. María odiaba
el protestantismo, que era lo que a su padre le
gustaba. Y es que María odiaba a su padre:
él la había humillado tantas veces
a ella y a su madre... Cuando murió
Catalina de Aragón,
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Enrique
VIII celebró una gran fiesta, y para que se
notara bien que estaba muy alegre obligó a
todo el mundo a vestirse de amarillo
chillón.
A María la casaron con el alegre (bueno, es irónico)
Felipe II (el que construyó el austero El Escorial),
pero como no se quedaba embarazada (a pesar de que
tuvo varios embarazos psicológicos), él
la abandonó.
María llegó a reinar justo antes de
Isabel I, su hermana, pero por los pelillos, porque
los enfrentamientos religiosos y los líos de
sucesión estaban que ardían. La pobre,
de todas maneras, sólo consiguió reinar
cinco años, tiempo en el que ejecutó
a las 300 personas protestantes que pudo pillar y
que se negaban a convertirse al catolicismo. De eso
le vino el mote La Sanguinaria.
Su hermana Isabel I fue
hija de Ana Bolena. Era protestante, una gran política
y reinó mucho más que María.
Financió al pirata Drake y a otros para que
robaran los barcos españoles que, a su vez,
robaban en América. Drake fue uno de los que
estuvo también derrotando a la Armada Invencible
española (qué chasco, les vencieron
en seguida). A Isabel le encantaba ver a Shakespeare
y a su compañía cuando representaban
obras de teatro para ella y su corte. |
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