¿DÓNDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA? de
William Ospina (editorial Norma,
1999)
Recensión por activista de la Internacional
de Resistentes a la Guerra, Red de Mujeres de Negro
Escrito, en principio, para explicarle a una amiga estadounidense
el origen de la compleja situación de violencia
vivida en Colombia, este libro breve se dirige, de hecho,
a la población colombiana, como si el autor no
pudiera contener el deseo de alentar el que se recupere
la dignidad, aplastada durante siglos por el desprecio
de quienes han saqueado el país (aristocracia de
dirigentes políticos sin visión ni conciencia,
mercado mundial inmoral y gasto militar siempre inútilmente
creciente, el terrible derroche). Ospina plantea el valor
y el papel que debería y que podría tener
la sociedad civil (esa franja amarilla, esa posibilidad
por desarrollar) en la lucha contra la violencia y en
la construcción de una verdadera democracia, de
una verdadera vida para quienes habitan el país.
Las voces de otros sectores civiles que su apasionada
reflexión no incluye posiblemente se sientan compensadas
por la valentía y el constructivo afán de
sus palabras.
¿DÓNDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA? (THE
YELLOW STRIPE) by William Ospina (Norma,
1999). Reviewed by activist
from War Resisters' International, Network of Wimmin in
Black
This brief book was initially written to explain a US
American friend the roots of the complex situation of
violence in Colombia. However, it is actually addressed
to the population living there, as if the author could
not hold back a need to urge a people despised for centuries
by their own plunderers--aristochracy of unscrupulous
political leaders, inmoral world market and everincreasing
military expenditure, utterly useless--to recover their
dignity.Ospina poses the value and role civil society
should and could have in the struggle against violence
and in the construction of democracy, a true life for
the inhabitants of the country. The yellow stripe, the
chance to pursue. Other sectors of civil society whose
voice is not included in this passionate reflection may
still feel respect for the courage and constructiveness
of Ospina's words.