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Pensamiento - Economía, empleo y consumo

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Ir a webita de autora Sarai Fariñas

Economías feministas en plural

Es importante entender que la economía feminista es diversa y plural. Depende de quién escribiera este artículo leería la vida de Amparo y Vicent de una forma muy distinta con soluciones dispares.

Desde la economía del género, que se conoce como el "añada mujeres y revuelva", podríamos decir que el trabajo es aquello que pasa dentro de la monetarización de la vida. Así que en este sentido, lo ideal sería que Amparo accediera al mercado laboral en igualdad de condiciones que Vicent. No cuestiona el sistema económico capitalista y heteropatriarcal y entiende el trabajo como aquello que se intercambia por el salario.

La economía feminista más integradora le diría a Amparo: "Nena, tienes que lograr redistribuir el trabajo doméstico con tu marido", aludiendo al supuesto de que hay una actividad económica invisible dentro de los hogares, e instaría a Amparo a que se haga presente en el mercado laboral para adquirir poder de decisión vinculado a la remuneración.

Desde la economía feminista de la ruptura se plantea un crack con los conceptos de hombre y mujer. Esta economía le preguntaría a Amparo: "Cariño, ¿tú crees que eres mujer solo porque has nacido con dos tetas o crees que la sociedad te ha inculcado muchas cosas sobre cómo ser mujer?" Y nos iríamos a la mítica frase de Simone de Beauvoir: "No se nace mujer, se llega a serlo".

Desde esta perspectiva, también se plantea pensar en que el capitalismo ha hecho que veamos una diferencia entre trabajo y vida cuando, en realidad estas barreras no son obvias en contextos culturales distintos al nuestro. Y le preguntaría a Amparo: "¿Qué diferencia hay entre cuando estás haciendo mermeladas para vender a tus vecinas y cuando las estás haciendo para consumirlas en la casa? ¿Qué es trabajo y qué es vida?"

Además la economía feminista de la ruptura hace una pregunta básica: ¿qué lógicas reproduce el trabajo remunerado masculinizado y el trabajo no remunerado feminizado? Y le diría a Amparo: "Fíjate que el trabajo que tú haces –coser, cuidar de tu suegra, seleccionar las semillas para autoconsumo, recolectar los alimentos y transformarlos en comida, consolar a tu cuñada, etc.– ayuda a sostener una vida digna, no daña la naturaleza y es no remunerado, mientras que los trabajos que hace tu marido en la cementera de Buñol no ayudan de igual manera que el tuyo a sostener una vida digna, contribuyen a dañar la naturaleza y están remunerados".

Esta perspectiva, además hace hincapié en que los seres humanos somos interdependientes y ecodependiendes.

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Publicado en mujerpalabra.net en noviembre 2015