Pensamiento - Lenguaje - Préstamos para la igualdad: género
Género: La Real Academia Española y su lugar en la sociedad
michelle renyé
Partes del trabajo de investigación "Préstamos para la igualdad"
13. La Real Academia Española y su lugar en la sociedad
La RAE ha definido así su naturaleza y función en su página web:
La Real Academia Española se fundó en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena. Felipe V aprobó su constitución el 3 de octubre de 1714 y la colocó bajo su "amparo y Real Protección".
Su propósito fue el de "fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza". Se representó tal finalidad con un emblema formado por un crisol al fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor, obediente al propósito enunciado de combatir cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma, y de fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI.
La institución ha ido adaptando sus funciones a los tiempos que le ha tocado vivir. Actualmente, y según lo establecido por el artículo primero de sus Estatutos, la Academia "tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico".
El texto, que suscita preguntas que en sí mismas refutarían los asuntos que plantea, expone sin sonrojo la necesidad de que exista un cuerpo de hombres que fijen los usos (?) para que el español alcance la calidad que tenía en el siglo XVI. ¿El español de quién?, ¿de quienes imponían los valores de la Contrarreforma? ¿Y quiénes son sus pares en los años dos mil? Desde el punto de vista lingüístico esta misión es un total desatino (lo veremos en la sección 14), agravado por el hecho de que conciban que el lenguaje que ellos aprueban, sustentador de los valores más conservadores de nuestra sociedad, es más importante que el que está acuñándose para conseguir cambios que tienen relación con la igualdad y la justicia.
El lugar del prescriptivismo en una sociedad democrática no es el que los miembros de la RAE creen. La RAE no puede decirle a la comunidad hablante que está mal usar el lenguaje para reflejar análisis, nociones que buscan un cambio en los valores. El "Informe de la Real Academia Española sobre la expresión violencia de género " (mayo 2004) ilustra además de su inconsciencia, su falta de comprensión sobre la naturaleza del lenguaje y de los valores que se han ido desarrollando desde el paso de las declara-ciones de derechos humanos, la falta de método para el trabajo intelectual. Formal, metodológicamente, el Informe RAE , de cinco páginas, se sustentaba sobre todo en el argumento de autoridad (tan distante, si no opuesto, a la fundamentación racional o científica), si no, ¿cómo iba atreverse una institución de la lengua a increpar a legisladores y representantes políticos? Acompañaban unas opiniones sin fundamento: apuntaban que no había tradición de uso de la expresión violencia de género en español, lo que es falso (refutación en secciones 3-10), y que había expresiones sinónimas, lo que es incorrecto (secciones 11 y 12). La aprobación de un proyecto de ley que entendía la necesidad de la acepción feminista de género dejó claro el aislamiento de la RAE respecto al Parlamento. Grave también es su aislamiento ideológico de entidades culturales como las universidades (VV.AA 2004) y metodológico, por su falta de rigor intelectual. Chusa Lamarca Lapuente lo comentaba en un artículo publicado en Rebelión:
Cabría preguntar a los Sres. Académicos con cuántas especialistas en el campo académico de los Estudios de Género cuenta la Comisión de Vocabulario Científico y Técnico de la RAE o, en su defecto, y como recomienda explícitamente la propia Academia antes de tomar sus decisiones, con cuántas personas estudiosas y de reconocida solvencia en el tema que nos ocupa, ha consultado antes de afirmar alegremente que en español no existe tradición de uso de la palabra género nada más que para referirse a género gramatical o al concepto de género entendido como "conjunto de seres establecido en función de características comunes" y "clase o tipo". Resulta, cuando menos, sospechoso que la Academia ignore largos años de trabajos científicos realizados por mujeres. (...)
Existen numerosas monografías, publicaciones periódicas y una ingente literatura gris que corrobora la existencia de esa inexistente tradición cultural española. Dejando al margen los miles de artículos en revistas, seminarios, congresos, tesis, documentos administrativos, etc. le hubiera bastado a la Academia consultar el ISBN español (índice de libros publicados en España) donde solamente, y en referencia al título -no ya al contenido o la temática donde las cifras crecerían exponencialmente-, de 487 libros disponibles que en su título cuentan con la palabra género, 273 aluden al concepto de género con la acepción que la Academia niega. Es decir, un irrisorio e inexistente 56,4%, frente a un 43, 6% que agrupa al resto de las acepciones que la RAE sí reconoce (Lamarca 2004).
Una acción colectiva en red, tras analizar las búsquedas que la RAE incluye en su Informe para demostrar que no hay tradición de uso del término, concluye:
Sus resultados son sensiblemente distintos a los obtenidos en una búsqueda realizada a fecha 6.6.2004 (...). Estos resultados confirman una frecuencia de uso bastante similar entre ambas expresiones en España (37.400 documentos para violencia doméstica, 20.400 para violencia de género), en contradicción con los datos de la RAE. Además, las búsquedas meramente cuantitativas en Google tienen otros problemas metodológicos y de falta de representatividad que la RAE debería conocer y que restan credibilidad a su argumentación. En cuanto a la documentación extraída de su base de datos CREA, en donde la Academia se limita a contabilizar los datos en bruto sin el más mínimo análisis, los propios académicos se sorprenderían si hubieran analizado las veces que aparece la palabra género aludiendo al concepto de género como construcción social asignada a las personas en razón del sexo (Acción colectiva).
Sobre la falta de método en la elaboración del DRAE han ofrecido sustanciales datos varias investigadoras (VV.AA. 1998, Lledó 2004). Quisiera sólo ilustrar aquí los datos que como usuaria de diccionarios yo misma he recogido y que plantean muchas preguntas respecto al problema de la RAE con los anglicismos. Españolizaron whisky a güisqui a pesar de que la gente sobre todo usaba y usa la grafía inglesa (la otra parece una broma; ¡frente a ad hoc o carpe diem !) y españolizaron estrés, lo que no parecía mala idea, aunque es cierto que la gente sigue escribiendo y pronunciando también stress... Incluyeron aeróbic, un término bastante usado, y aerobús, uno no tan conocido, quizá porque la población no utiliza los aeropuertos tanto como los académicos. Incluyeron driblar, ¡un auténtico calco!, y un término del fútbol que no se usa tanto como regatear. ¿No le "chirrían" a los académicos y sus simpatizantes los calcos? (Quizá querían impresionar al "pueblo", como llaman a la comunidad de hablantes a la que no escuchan.) Más grave aun: en el DRAE 1992 y en su versión de 1995 de CD-ROM no aparecen palabras sin las que no podemos vivir ya, como stop (en todos los manuales para aprender a conducir, y en las señales de tráfico ¡desde hace décadas!), gay, rock, rockero/a (¿no van a conciertos?), show (pero incluyen en 2001 como novedad topless -mejor no comentarlo... ), motocross, lobby, western, shock, spray, basket, ok, wow, hey... (Arriesgándome un poco quisiera anotar mi valoración del caso guay, que en el DRAE aparece como forma poética de ¡ay!, lo que asombra hasta el paro cardiaco. Diría yo, que no soy académica, que nuestro actual guay es un anglicismo de wow, sentido humorísticamente como ¡guau !) En el 2001 se ha incluido, sin embargo, top y body, prendas íntimas femeninas, de menor antiguedad.
Un puzzle difícil de resolver... Lo que sí se puede saber tras el análisis y la reflexión es lo siguiente: el rechazo de los etimologistas a los préstamos es ideológico, no científico, y nada solidario con los temas sociales. La credibilidad de su postura se asienta en el poder simbólico que aún disfrutan instituciones como la RAE que nada han trabajado por la democracia (y siento recordarlo, sí a favor del anterior régimen, que definen en su diccionario como "movimiento político y social" y no como "régimen dictatorial"; cf. con cómo definen feminismo o pacifismo). Que en medios de comunicación de masas y en discusiones ajenas al razonamiento parezca que los académicos defienden la lengua es difícil de comprender pero es fácilmente explicable: representan los valores de un cruel estado de las cosas, la tendencia conservadurista seguida por las mayorías a costa de su propio bienestar (no hay un valor más tradicional que el de la mujer como persona de segunda clase). Si lo que está bajo escrutinio es un préstamo del inglés y además un término acuñado por el movimiento feminista, el rechazo de la RAE es de tal traumática magnitud que sus miembros son incapaces de observar la realidad (Lázaro Carreter 2000). Así ha ocurrido con la palabra género y todas las expresiones acuñadas en torno a ella, noción valiosa porque ha ofrecido un marco teórico para la identificación de la violencia contra las mujeres, su análisis y el intento de superar esta opresión de siglos.
Es indiscutible que la lengua es de la comunidad de hablantes, un hecho social,1 y no de una élite que presiona por prescribir usos. Lenguaje y pensamiento van unidos como el signifiant y el signifié del signo lingüístico saussuriano, y su unidad tiene relación con la naturaleza de la organización social. La especie humana evoluciona, sus gustos, sus valores, y lenguaje y pensamiento evolucionan con ella. Los miembros de la RAE no tienen capacidad ni autoridad para decidir qué conceptos debemos manejar, ni cómo nos debemos organizar. Ciegos al análisis, siguen negando el hecho de que su selección de términos, acepciones y ejemplos -obsoletos, además, las más de las veces aunque aún no hemos alcanzado el ideal de justicia e igualdad- está condicionada por una visión del mundo cuestionada de manera generalizada desde hace siglo y medio: androcentrismo, machismo,2 homofobia, clasismo y racismo.
Pero volvamos la lectura a un lugar más benigno, para reflexionar sobre el lugar del prescriptivismo en lingüística y en nuestra sociedad.
1 La literatura, la lingüística, todas las ciencias sociales reconocen hoy la preeminencia del habla sobre las tradiciones escritas.
2 El 64,26% de las acepciones nuevas del DRAE2001 sobre mujeres (de 235 lemas, 151) son americanismos androcéntricos y machistas -se suman a los españoles-, lo que significa que el DRAE contiene un número llamativo de descripciones negativas de las mujeres. Considerando lo poco que aparecen, el prejuicio parece robusto. Antes de citar estos americanismos, comentar que e l español de Latinoamérica tiene mucho más que aportar a la lengua si se tiene en cuenta a las mujeres: sin duda, violencia de género , pero también -y es fácil imaginar el escándalo que sembraría esta palabra-, empoderar , otro anglicismo, otro término-concepto que se encuentra en el movimiento social y en documentos de los gobiernos y foros institucionales internacionales. Acepciones nuevas del DRAE2001: barzola. f. Bol . mujer violenta y agresiva. bicha . 6. f. coloq. El Salv . novia (mujer que mantiene relaciones amorosas) [sic]. cabra. 7. f. coloq. Chile muchacha [sic]. caraja. 2. f. despect. malson. Col., C. Rica, Hond. y Ven . u. para suplir el nombre de una mujer que no se quiere mencionar para desvalorizarla. copetinera . f. Chile. mujer de alterne. crisanta . f. Chile . mujer que domina a su marido. cuija . 2. fig. Méj . [sic] mujer flaca y fea. chinvarona. 2. f. Nic. mujer ligera de cascos. fondongo, ga . u.t.c.s. 2. f. Méx . mujer perezosa. lorero . m. Nic . lugar donde hay muchas loras (mujeres charlatanas). macaca . 3. f. Ur. mujer difícil de complacer, especialmente respecto de las comidas. machona. adj. colq. Cuba, Ecuad., Hond. y Ur. dicho de una mujer: de hábitos hombrunos. u.t.c.s. madrota. f. Méx. madama (mujer que regenta un prostíbulo). maricueca. m. despect. coloq. Chile. hombre afeminado, cobarde, pusilámine. palillona. f. Hond. y Nic. muchacha vestida con uniforme militar de fantasía que, en ocasiones festivas, desfila junto con otras agitando rítmicamente un bastón y al son de una banda de música. percha. 13. f. coloq. Ecuad. mujer solterona. yegua. 4. f. despect. coloq. Cuba y Ur. mujer grosera...
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Otro estilo: michelle. "Préstamos para la igualdad. 'Género', análisis conceptual, lingüístico y social". Mujer Palabra. 2005. Ruta: Pensamiento. Fecha de tu visita a la web <https://www.mujerpalabra.net>.
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Publicado en mujerpalabra.net en 2005.